En la magia aquello de “no intente hacer esto en su casa o sin supervisión de profesionales”, aplica. Más de un principiante ha terminado muy mal (por decir lo menos) por experimentar con espíritus, conjuros, hechizos y rituales para los que no están preparados. Por eso a mis alumnos siempre les digo “ante el desconocimiento, no invente”.
Recuerdo que Dione Fortune lo dice clarito en su libro “Autodefensa psíquica”. Hacer rituales sacados de fuentes desconocidas conlleva un gran riesgo porque nunca se sabe si detrás del “generoso” acto de compartir hay algo más o simplemente porque la gente nunca explica completamente el proceso y en los detalles es donde están los problemas. Al inicio de mi camino esto lo tomé muy en serio y es lo que quizás me ha mantenido en él, sin más contratiempos que unos raspones de rodillas y algunos problemitas con el fuego. Y es que vale más un brujo precavido que uno atrevido o temerario.
Quise hacer este artículo porque en los últimos tiempos he oído sobre experiencias terribles con esos “inventos” que a algunos les da por hacer cuando da los primeros pasos en este mundo. No en vano, algunos wiccanos odian a muerte a Harry Potter, pues en sus películas –que no al parecer en los libros- la autora hace entender a los no entendidos que en estas lides que la magia es cuestión de polvitos mágicos y palabras rebuscadas, cuando es mucho más que eso.
La magia es responsabilidad:
Recientemente se me acercó una chica que se atrevió a ser un ritual nigromante, luego de tener una experiencia de mediumnidad en un cementerio. Dicho hasta acá no pareciera tener nada de particular, la sazón de la historia se lo pone el hecho de que es una principiante y que, para más, sacó el ritual de un grupo de internet.
Mis alumnos saben que yo suelo lanzar chancletazos etéricos cuando dicen una barrabasada o no se saben alguna cosa muy básica, así que cuando oí lo que la chica había hecho, sinceramente quería lanzarle la zapatería entera. Pero me calmé. Todos alguna vez metemos la pata. El pequeño detalle es que las metidas de pata en la magia son muy caras.
Porque más allá de las luces que se prenden y se apagan sin aparente razón, o las cosas desaparecidas, y las velas que nadie prendió, está el tema de los daños a tu entorno, a tu aura. Magia es responsabilidad, y con quienes primero debemos tener responsabilidad es con nosotros mismos.
Eso que tanto repiten las abuelitas, de no meterse en camisa de once varas, tiene mucho que ver con esto. El atrevimiento y la temeridad deja muchas veces de lado la inteligencia y el sentido común, este último muy útil en lo que se refiere a estos menesteres.
Cuando empezamos en este camino todo nos parece maravilloso, increíble, y entonces entramos en modo «pastelería”, y queremos comernos cuanto libro encontramos, y hacer cuanto ritual nos dicen, leemos o nos recomiendan. Es esa sensación de desenfreno, de voracidad, de glotonería es la que nos impide degustar cada aprendizaje, cada experiencia como si del mejor de los chocolates se tratase.
La magia es una forma de vida:
Por ello no me cansaré de repetir hasta el cansancio que la magia no es una carrera de velocidad, sino de fondo y con obstáculos. Quienes han corrido alguna vez podrán entenderme bien, para lo que no, se los explico. Cuando corres 100 metros, necesitas piernas largas, rápidas, fuerzas y olvidarte de todo cuando suena el disparo. Solo debes querer llegar antes de los demás a la meta. Eso es todo. En las carreras de fondo, necesitas entrenamiento para que tus pulmones funcionen bien; debes saber cuándo acelerar y cuándo pausar la carrera para guardar energía para el remate. Una carrera de fondo, es concentración y seguridad en que si quieres cruzar la meta de primero debes conocer más que la pista de tartán y tu propia capacidad para ello.
Un mago es una suerte de atleta que cuida de su cuerpo, que conoce su entorno y maneja todos los factores y herramientas que le permitirán cambiar a voluntad la realidad. Y como todos los atletas, el mago necesita entrenamiento, dedicación y todo eso se traduce en algo llamado tiempo. Otro punto importante es que los atletas lo son siempre y en todo momento, incluso cuando el cuerpo ya no les da para estar en competencias. Esto lo digo porque la magia no debe ser parte de tu vida una vez al mes por la celebración de un Esbat o Sabbat, debe ser parte de tu día a día. Y con esto no estoy hablando de convertirse en apóstol de la Wicca e ir tocando puerta tras puerta, intentando que los otros llamen dioses a los que conocen como santos; o que reconozcan el poder de la Diosa o dejen de creer que las deidades cornudas son el diablo. No. No se trata de eso.
Se trata de que cada día debe ser para el mago/bruja/hechicero una oportunidad para experimentar la magia a través del agradecimiento o reconocimiento de las bendiciones que los dioses nos dan; a través de la integración de las leyes de la magia al desarrollo de su cotidianidad; a través del estudio; a través de la meditación o simplemente a través de intentar cambiar alguna conducta interna que muy posiblemente haga que cambie algo en el exterior.
Finalmente, a todos aquellos que dan sus primeros pasos -en el paganismo, la magia, la Wicca o el camino que hayan elegido- les digo en lo único que deben ser atrevidos y temerarios en este andar es en admitir su ignorancia, créame, es mejor pasar por ignorante una sola vez, que permanecer ignorante y sufrir sus consecuencias toda la vida.
Bendiciones…
Escrito por Eziliamada Brighid (Perla Poulet Crespo-Izaguirre)
Sacerdotisa del Templo de Brighid Coven Reclaming
Periodista-Investigadora-Facilitadora de Psicoterapia Gestalt
Muy interesante es así. Y además la Magia es un constante aprendizaje y para toda la vida porque se interioriza y se vuelve parte de nosotros y algo cotidiano, de tal manera que es importante tomar consejos de sabios y ser muy cuidadoso para evitar situaciones que se escapen de tu alcance y no sepas cómo controlar.
Gracias Samantha por compartir tu opinión, muy acertada por cierto. Un abrazo!
Excelente post. A mí me ha pasado lo que aquí barras y creo que es parte del aprendizaje de todo mago. Lo importante es el sentido común y el ser reflexivo para poder aprender de los errores. Mil bendiciones. Gracias!
Gracias querido Hugo! Efectivamente el mensaje que queremos transmitir con este artículo es que siempre, siempre, siempre debemos ser responsable. Un abrazo y bendiciones recibidas y retornadas multiplicada